¿Qué lecturas os seducen más?
domingo, 7 de junio de 2009
Algunas notas sobre literatura "bélica"
No creo que valga la pena decir la importancia que tuvieron los hechos que se desarrollaron en Normandía hace ya 75 años. El blog LITERATURA DEL MAÑANA, en honor a aquellos que murieron en aras de la libertad, destina un EX LIBRIS muy próximo a ese desembarco, al tratar los libros que se comentarán sobre la IIª Guerra Mundial. No obstante, como nuestro objetivo es ahondar en el valor comparativo de la crítica, basándonos en la prueba clara que representa el tratamiento del texto, a diferencia de otros artículos que les hemos ofrecido en esta sección, comentaremos aquí dos obras que poseen una distancia en el tiempo (por su publicación) y un modo de narrar muy diferente (habida cuenta al vivir los hechos uno de los autores y el otro no haber ni nacido cuando tuvieron lugar); empero, los dos se caracterizan por un lenguaje directo, sagaz y destructor, producto de los terribles días en los que vivieron los personajes de sus historias. Intentaremos hacer aquí una breve comparación entre ambos, mostrando las cualidades y calidades "literarias" de cada uno de ellos, para acabar dejando en el aire la siempre aquejada pregunta a que todos los escritores de hoy buscamos respuesta: ¿la literatura actual necesita un cambio de modelo o está bien tal y cómo es en sí misma?
Dejando de lado por el momento estas cuestiones, comenzaremos valorando una de las dos obras que aquí comentamos; un libro que forma parte de una colección de 14 novelas con gran contenido autobiográfico y escenas de un crudo realismo de su autor, el escritor y veterano de guerra Sven Hassel. Hassel fue ciudadano danés que por un error burocrático fue obligado a enrolarse en el ejército alemán allí por el 1939. Durante más de cuatro años formó parte de brigadas de choque, escuadrones de blindados y regimientos especiales de la Whermacht, participando en la mayoría de campañas como la de Francia, Stalingrado (Rusia) e Italia, entre muchas otras, exceptuando África del Norte . Las diferentes experiencias que vivió en ellas, los conocimientos militares que obtuvo después de tan largo periodo de servicio activo, acompañado de su testimonio directo por vivir desde la óptica del soldado alemán esa época terrible, hacen posible recrear un ambiente que podríamos calificar como "cultura de guerra". Asimismo, en libros como Camaradas de frente o Comando Reichfürher Himmler, aborda las peripecias de una sección de soldados de choque que son destinados a una infinidad de misiones como soldados regulares, tropas especiales y más tarde en "batallones disciplinarios", marchando siempre de frente hacia el enemigo, acometiendo las acciones más arriesgadas y en la que podemos introducirnos fácilmente en la atmósfera real de la vida del frente. En otras como Liquidad París o Los vi morir se adivinan como el preludio de la ya cercana derrota final alemana; en los que Hassel es mucho más crítico en sus razonamientos, sintómatico del tópico derrotista que inundaba la mente de las ya cansadas tropas germanas en los últimos días de la segunda guerra mundial. Aunque en sí mismo siguen el hilo conductor de toda su obra, tejido todo ello en siete grandes diarios convertidos en novelas bélicas que, lejos de acercarse a una literatura provista de una gran riqueza expresiva como la mayoría de sus contemporáneos, se define a sí misma con un lenguaje llano, muy entendedor, pero a la vez, "real", ya que no puede describirse un concepto de la misma forma si antes no lo has "visto" en primera persona. No obstante, pese al autoretrato del que se sirve en su prosa, posee ante todo, un lenguaje muy expresivo, fuera de tono, que llega al lector, impactándole en la multitud de escenas de guerra, que son las más reales y detallistas que en este blog hayamos leído hasta el momento, que podríamos describir aquí como una mezcla de una película de John Woo y otra de John Ford, pero en versión escrita. Y no precisamente del guión de ninguna de ellas sino de una realidad, una exposición casi imposible de narrar sino se ha participado en la acción, como un protagonista más. En Batallón de castigo (Marchbataillon en su versión alemana original), ed. Plaza y Janés, S.A., 1970, el autor recreará toda una serie de efemérides y pequeñas historias paralelas al nudo que sigue la novela, describiendo las peripecias de Julius Heide, Joseph Porta, Hermanito o el Viejo, y el más joven de todos, Sven, que integrarán el pelotón de hombres por los que circulará la acción de la mayor parte de sus obras, iniciando con esta novela el principio por el que se seguirán todas las que escribió.
En segundo término, tenemos la novela del ganador del Premio Goncourt, Jonathan Littell, "Las benévolas", RBA editores, 2006. Esta novela de cerca de un millar de páginas, aborda una realidad ya bastante tópica en la novelística europea e inglesa de los dos últimos tercios del siglo XX. Empero, también posee un ritmo feroz, crudo y extremadamente duro, intensificando unos tópicos muy usados en toda la cosmogonía que envuelve Tercer Reich: el antisemitismo, la homofilia, la weltanschäung y la misma guerra mundial como telón de fondo. A diferencia de Hassel, Littell relata toda una etapa histórica, recreando toda una enciclopedia sobre los valores, vida y obras del nazismo y del pueblo que vivió bajo su yugo, el alemán. Pero aunque Littell es sumamente veraz en sus aseveraciones históricas e incluso en la localización geográfica de numerosos lugares a los que hace referencia, carretea unos retoricismos y giros expresivos producto de la masificación de información o de la falta de imaginación tempora del novelista contemporáneo, que se usa de la estética perodística para redactar su obra como si fuera un vulgar ensayo. En cambio, Hassel, utiliza un lenguaje vivaracho, rapidísimo y muy conciso que, aunque lejos de poseer el estilo de Littell, consigue entrar rápidamente en la mente del lector, mostrando su sencillez y humildad de veterano de frente, contando más de 40 relatos breves unidos "al más estilo Dos Passos", y englobados en una novela que no reúne más de 317 páginas, frente a las 979 de Littell, cosa por la que coincidíamos más arriba, y viendo el resultado en obras como "Las benévolas", dejamos constancia de que existen detalles que sólo puede narrarlos el que los vive. Otra cosa es que los escriba más o menos certeramente o con una belleza estilística superior.
Y a todo ello, como conclusión, nos evocamos otra vez a la pregunta que hacíamos más arriba: ¿necesita un cambio de dirección la literatura que se hace hoy día, y si es así, qué y cómo hacerlo para que ello sea posible? Desde el blog creemos que no. En sí creemos que la literatura tiene diferentes épocas y que evoluciona sobre sí misma. Y es que por fuerza, lo que no capta el público y no tiene éxito es aquello mismo que no tiene continuidad, y el mismo factor que provoca al autor a generar una renovación, una revolución en sí mismo, ya que la sociedad así como la Literatura, aunque parezcan unidas las dos bajo un objetivo común, "lo comercial", es ese mismo sentido lo que hace que tanto autores como lectores busquen la competencia, algo que sólo puede ser superado por el exceso de creatividad. Y ¿Cómo se hace eso? Sólo los escritores lo sabemos.
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2 comentarios:
El género bélico lo he leído poco porque nunca me ha llenado del todo. Es de los que prefiero ver la peli más que leer el libro ;-)
Ramón Cerdá - novelista
Respecto de la pregunta implícita sobre si la literatura necesita un cambio o no, creo que eso va evolucionando constantemente y cada autor es un mundo diferente. No hay que darle más vueltas, sino ir descubriendo nuevos autores y quedarse cada cual con los que más le gusten.
Ramón Cerdá - novelista
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