En los últimos años la psicoterapia moderna ha evolucionado sacando a la luz una inmensidad de terapias activas como vehículo de ayuda para el paciente. En los EEUU Susan Bauer Wu, instructora de medicina en diversas clínicas y hospitales universitarios, ha liderado durante años un proyecto de terapia en pacientes de la área de oncología de hospitales como el Universitario de Boston. Dicha terapia “activa” consiste en la estimulación anímica del paciente medio la “escritura expresiva” (expressive writing); y vale decir que esta ex-jefe de enfermería sostuvo un éxito apabullante. Pero este tipo de terapia sólo representa una forma de aislar los pensamientos negativos del paciente hacia su enfermedad, sin “necesariamente” curarle por ello. Se puede ver en sí como una actividad lúdica más, de las que poseen todos los centros hospitalarios habidos o por haber. Pero, ¿qué sucedería si propusiéramos una terapia activa, (es decir, sin apoyo farmacológico) que permitiera evolucionar favorablemente determinadas patologías? Un colaborador nuestro, el escritor y terapeuta Ángel Brichs lo ha conseguido. Durante años ha creído en una fórmula alternativa de abordar diferentes patologías psiquiátricas y después de varios estudios al respecto ideó un nuevo tipo de psicoterapia que difiere en su mayoría de todas las existentes, al tratar ésta de una forma de acercarse al paciente, tratándolo como una persona normal y además, prometiéndole dos pasos que pueden estimular su curación: el estudio y la autoestima. Un tipo de terapia que puede hacerse ostensible no solo a pacientes con diversos trastornos de conducta u otras patologías sino para mejorar la estima de cualquier persona sana en diferentes aspectos que preocupan a nuestra sociedad (sexo, drogas, paro, dinero, empleo...).
Seguidamente, como exclusiva en España, presentamos en este blog y a continuación, un artículo del creador de esta técnica terapéutica que puede ayudarnos a entender mejor su significado y método curativo, tan novedoso como simple:
LA ESCRITURATERAPIA Y SU MÉTODO DE TRATAMIENTO PATOLÓGICO
A tenor de lo que dijimos anteriormente en el Tratado denominado "EL SUPRARREALISMO", mencionando de pasada como vehículo de estimulación anímica y sensorial para los pacientes que sufren enfermedades mentales, terapias psicológicas constatadas como válidas y utilizadas tanto por la sanidad pública como por la privada, desde hace años, como son la Terapia Gestalt y el Arteterapia, aunque lejos de eliminar, sí de frenar, acompañadas de un tratamiento farmacológico determinado los síntomas agresivos que provocan en los pacientes dichas enfermedades; cabe decirse que ahora, dicho método puede tener otro mucho más elaborado que le haga la competencia.
Aunque en ciertas patologías, como la esquizofrenia, el Arteterapia daba una luz de esperanza donde la acción farmacológica no había dado sus frutos deseados; la aplicación de una y otra como métodos de prevención y tratamiento médico resultaron ser muy compatibles, y hoy día podríamos decir que en casi la mayoría de los centros hospitalarios del mundo entero se utiliza o se tiene en buena consideración el uso de esa terapia clásica, tenemos que decir que hay otra que más que complementarla puede superarla. Dicha terapia se da a conocer aquí como la escrituraterapia o terapia literaria. Si el arteterapia echaba un haz de luz sobre fenómenos derivados por esas enfermedades de las que hablábamos como la alogia o la hipocinesia, pasando por una mayor estimulación de las facultades psicomotrices del individuo que sufría trastornos psíquicos de conducta, abordando su lado físico como resultado final del método terapéutico que se le proporcionaba, dejaba algunas lagunas que la escrituraterapia desea resolver. Como ya dijimos al principio, el Arteterapia es un tratamiento que en la actualidad se aplica a pacientes que poseen cierto porcentaje de desequilibrio emocional, pérdida de las funciones psicomotrices así como también de trastornos de conducta, medio el uso o práctica de la pintura como expresión personal de cada individuo y al mismo tiempo, método de autoexploración sensorial en el que el mismo paciente impone sus dotes e impide "abandonarse", liberando su mente pero también estudiándose así mismo y al mismo tiempo, recibiendo nociones básicas de expresión plásticas como si de una clase de arte se tratara. Esos dos conceptos externo e interno, hacen al paciente tener una actividad al margen de su enfermedad que le permite trabajar y a la vez estimular sus sentidos para sacarlo a relucir en un lienzo, cosa que a la mayoría hace ganárseles autoestima, al saber que la enfermedad no les priva de realizar actividades alternativas "como las personas sanas". Por eso, al sentirse útiles, dichos pacientes retoman un sentido a sus vidas al no pensar ni estar sujetos a la misma enfermedad medio el beneficio del trabajo físico-psíquico que proporciona ese tipo de terapia. Pero ahora bien, ese tipo de terapia no es infalible, es más, dista mucho de ello. Ese tipo de terapia puede ser muy positiva y válida para los pacientes pero se esté enfermo o no, la expresión plástica es un método didáctico bastante simple, pero a la vez también bastante complicado si el paciente no posee cualidades que le hagan ostensible a realizar una buena pintura, o algo que refleje lo que el quiere decir, interpretándolo como es debido sobre el lienzo o papel, y no como lo hacen la mayoría, que es pintar cosas sin sentido. Dicho es posible porque la pintura, como disciplina artística, requiere un método de desarrollo previo. Es por eso que en los talleres de arte terapia se enseñan las pautas que el individuo necesitará para pintar la acuarela, óleo u otro por el que quiera dar a conocer su yo interno. Pero ése es justamente el problema más grave de esta terapia ya que en ella siempre existe una regresión al ser incapaces los monitores que presiden esas aulas, de adoctrinar y dirigir a los pacientes allá donde quieren. Y no es eso porque lo hagan mal sino por la misma línea interna que sigue la pintura en su estado natural y básico que no es más que el individualismo, hecho que hace en extrapolarizar cosas positivas a un pintor pero que a un paciente que no es pintor sino que se le enseña a pintar es muy diferente, porque este último pinta lo que piensa, o sea, el fruto que su mente le dicta, sitio el cuál es el que tiene que curar y no homogeneizar "como si de una persona sana se tratara". El método del Arteterapia está muy lejos de ser completamente efectivo, ya que el paciente, al explorar su mente, es ella la que le domina y hace expresarle connotaciones determinadas que él o ella pintan en un cuadro. Ciertamente dispondrán de unos instantes creativos en los que el paciente discurre únicamente en lo que está haciendo, prueba de una concentración atípica en él, o sea, en condiciones normales, pero sólo antes de determinar lo que va a pintar ya que cuando lo hace es difícil decir si está concentrado o no. Y es que ese mismo paciente, aún concibiendo las nociones plásticas que ha aprendido en la clase, se libera sí mismo de todo tema de pintura al pintarse "a sí mismo". Por tanto, hemos de decir que la pintura, lejos de frenar las causas patológicas del enfermo, las acrecienta, y eso tiene su sentido en su individualismo pero mucho más aún en su efecto "pérdida de tiempo". Para mí, el efecto pérdida de tiempo no es más que la posibilidad que tiene el paciente en ensimismarse y huir del objetivo del que se le trata, haciendo posible una regresión que le hacen someterse o caer otra vez en los síntomas de su enfermedad. Y eso lo provoca ese tipo de terapia (aparte de ser una terapia válida por un número muy bajo de pacientes que se encuentran en mejor estado o poseen de enfermedades óptimas para ese tipo de tratamiento), al ser un tratamiento por omisión, es decir, en el que no se da una tutela continuada al paciente por tal de realizar sus creaciones, sino que él crea por sí mismo; cosa que al hacerlo, pierde el hilo conductor pauta que le marca el monitor, creándose él sus propias normas, al pintar a su libre albedrío, hecho habitual en la expresión plástica, ya que este es su objetivo. No obstante, para el paciente no, y éste, al perder la objetividad tan necesaria en su vida, cosa que le puede hacer entender muchas cosas sobre sí mismo y su enfermedad, queda relegado a ser una expresión más de su conocimiento (sensiblemente alterado por su falta de serotonina), teniendo unos instantes de concentración hasta que desata todos sus tormentos, al tener en cuenta, como antes se ha dicho, lo que ha de pintar, sin saber lo que pinta, sujeto a su anarquía emocional, que aunque el monitor y él mismo piensa que creen, más es un término medio que no va a ningún sitio, ya que al darle rienda suelta, el paciente lo intuye como una distracción y no como un método de autocuración, y que en términos médicos no veo más que un hábito, bueno, eso sí, pero no más allá de eso.
Eso es por tanto lo que quiere paliar la Escrituraterapia. Mediante clases auditadas por escritores en su mayoría de casos, ya que ellos son los expertos en cuánto a materia literaria se refiere (tanto en el aspecto práctico como en el teórico), se mostrarían los conocimientos narratológicos necesarios por medio de diversos cursos que evolucionarían la capacidad mental del paciente en su uso patológico determinado (según su enfermedad) al mismo tiempo que aprenderían de escritura literaria. Este nuevo método tiene dos nuevas funcionalidades muy positivas para el ente patológico del paciente:
PRIMERA. Todos los pacientes poseen un algoritmo excesivo de síntomas internos que le condicionan su modo de vida y le hacen recrearse en términos y actos que carecen de relevancia. El objetivo de esta terapia es "eliminarlos" y no ejercer una pausa o una prolongación temporal sobre ellos como induce el Arteterapia. El sistema es muy sencillo. El objetivo (se administra esta opción en pacientes que padecen trastornos psíquicos o de conducta y que, al ser un ejercicio manual, no poseen un índice muy alto de pérdida de la facultad motora), es simple; al paciente se le hará un seguimiento continuado durante todo el tiempo que dure la clase, cosa que le hará concentrarse "sin pensar en nada" ni "liberarse", como veíamos en el Arteterapia, obteniendo un desarrollo de sus actividades de escrituraterapia sujetas únicamente a lo que el monitor/escritor le sugiera. Ese poder de concentración no lo ejercerá el monitor sino la misma técnica de estudio y la propia escritura. En cada clase el monitor expondrá varios conceptos sobre los que se desempeñará la narración que el alumno deberá escribir. Se escribirán en una pizarra una correlación de hechos a la que debe estar sujeta la narración y al mismo tiempo unas palabras (vocabulario) que la integrarán y como colofón se determinará la duración del texto, definiéndose el espacio que este ocupará, sujetándose los pacientes-alumnos a todo ello. Asimismo, los pacientes deben realizar un supremo ejercicio de voluntad interna para escribir "externamente" lo que quieren dar a conocer, pero bajo las premisas que les dicta el monitor, lo cuál les hace disponerse así mismos de un autocontrol que no poseían, y al mismo tiempo entender mejor sus limitaciones y hacer lo posible por superarlas mediante el ejercicio; que, al acabarlo, se sienten exitosos por ello, al saber que el mundo no gira alrededor de su enfermedad, sino que ellos pueden ser dueños otra vez de él.
SEGUNDA. La evolución la hace el paciente. El monitor sólo enseña mediante su particular forma de ver la literatura, las nociones al alumno, pero es éste último el que ha de potenciar lo que en la clase se le enseña, aprendiéndolo no a su manera, sino objetivamente tal como se le dice. Y eso lo hará por dos conceptos: competencia en el ejercicio y voluntad de curación. En las clases se dará nota, cosa que hará integrar mucho más al alumno, y al mismo tiempo, medio un psicólogo especializado y al término del ejercicio, se atacará el sustrato anímico y emocional del alumno para evitarle caer en el desinterés por la clase e incrementarle su voluntad de cooperación mediante un tratamiento de choque, centrado básicamente en mejorar la autoestima del mismo. Esto y la promoción del ejercicio medio los que hayan sacado más buena nota o por la inclusión de certámenes literarios en un futuro si se da el caso, harán posible dos cosas; una, formar al paciente-alumno dentro y fuera de la clase e incrementar la buena salud mental mediante la correlación de hechos del alumno, y a la par, con el tratamiento psicológico de choque, haciendo ver al alumno-paciente lo insulso de su trastorno y a la vez, que el solo, con la medicación oportuna o aún sin ella con el tiempo, puede mejorar y "curarse", aparte de haber aprendido las nociones sobre una profesión ; dos, ser un método didáctico alternativo para tratar pacientes en crisis y obtener buenas mejoras, posibilitando en cierto tiempo al paciente tener noción real de lo que le pasa y mediante técnicas como el ensayo o el esquema literarios, ayudarse a conocer a sí mismo, a la vez que permitirle encontrar sus propias soluciones o razonamientos que le harán más llevadera su enfermedad, o incluso comprenderla.
CONCLUSIÓN: Esta terapia pretende dar una salida rápida y fácil de llevar a cabo por la que puede ser posible algo que ninguna terapia ha podido conseguir hasta la fecha: curar al paciente. Asimismo, al adoptarla no como hábito, como arriba se ha expuesto, sino como una interrelación y método de autocomprensión entre paciente (enfermo), monitor-escritor (ente externo) y psicólogo (médico) que permitirá al paciente y al psicólogo conocerse más y mediante el nudo que es el escritor, trazar una cuerda más cordial y menos subjetiva que el tratarse cara a cara, al ver siempre el paciente a un elemento extraño y negativo (psicólogo), al ejercer presión sobre ellos una persona que les enseña algo que les interesa y que le prestan especial atención por ello, aunque no se den cuenta, que es ese mismo monitor-escritor el que les cura. Pero eso no importa, ya que lo importante es hacer "comprender" al paciente, y esa tarea no puede ser versada por alguien como el psicólogo y aún menos el psiquiatra porque la persona humana tiene un miedo o respeto exacerbado por ellos, por lo que al ejercer de "mensajero" el escritor, entabla indirectamente un nexo de unión entre el psicólogo o médico y el paciente, sintiéndose este último más confiado por ello, al tratar con alguien que no viste bata blanca y que ha venido del mundo de los vivos (de las personas sanas), haciéndose creer así mismos al mismo tiempo que todo es posible, sintiéndose sólo por participar en esas clases, más sanos que antes.
Otras variantes de tratamiento derivadas de la Escrituraterapia:
1) Pacientes de hospital que se hallan ingresados durante una estancia prolongada.
2) Como alternativa a las relaciones de pareja o agencias prematrimoniales.
3) Pacientes con discapacidades físicas.
4) Personas que padecen de “stress”, divorciados, en el paro (teniendo un nexo común que es la pérdida de la autoestima, paso anterior a la depresión o abatimiento que llevará posteriormente al tratamiento farmacológico, psiquiátrico o psicológico, e incluso ser ingresado en hospital; y que se toma como una ayuda o prevención a todas esas vías alternativas).
METODOLOGÍA
Como se puede haber entendido en el apartado anterior, la escrituraterapia como método en sí mismo, puede tener dos tipos de tratamiento:
1) Tratamiento directo: Dícese de aquél que se centra en los pacientes sin diagnóstico y que prefieren buscar una terapia alternativa a la vía médica siempre que tal caso pudiera darse.
2) Tratamiento indirecto: Es aquél otro que se supedita al órgano médico para ayudar a prevenir y curar enfermedades o como simple ergoterapia.
Del artículo:©Ángel Brichs
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