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domingo, 4 de abril de 2010

La poesía neomodernista de Ángel Brichs


“De nuevo, el escritor y poeta Ángel Brichs nos trae algunos poemas que ha escrito, recientemente, durante esta Semana Santa, para mostrarnos una vez más ese sentimiento nostálgico y existencial que a menudo nos hace pensar en esas cosas triviales de la vida, cosa que nos tiene acostumbrados en su prosa como, ahora podrán comprobar, también en su poesía”.
LDM




La vida fluye


La vida fluye hermosa,
alegre,
sutil,
lluviosa.

La vida fluye joven,
llena,
de dardos, de sidra
de risas.

La vida fluye,
“nihil est”,
pero es sujeto de tránsito, ávido de tiempo
entre el nacer y el morir.





Patada y cuela


Una portería siniestra
adora golpes de caña.

Un portero alto y robusto
yergue pleno e inicia el juego.

Mozos y mozas la juegan
y dándole imprecisas patadas la pegan.

Un chistoso con sombrilla
desde medio campo los chilla.

Uno corre, es el árbitro
y el que pita, silbato en mano, el otro.

Sólo una jugada, una falta es lo que necesita;
el delantero lo ve, dispara y la cuela.





La trama


Dos vedettes se aman,
discuten: ¡no te quiero!
¡Yo tampoco!
Pero, ¿no me amabaS?
Pues, a decir bien, sí,
pero eso era antes;
ahora ya no.
¿No?
¡No!


La funcIón estaba de luto;
Adelino y Juanjo se habían peleado.
Centro y margen de la obra que eran,
sin ellos, de buen seguro, perdidos estarían.
¿Qué harían ahora?
¿Volverían aquellos sodomitas
o se quedarían vagando, rezomados,
presas de su desDén y frenesí, que, exánimes,
en lugar oscuro, gozarían?


Los dos se fueron
y no volvieron.
Tampoco regresaron,
ni al espectáculo fueron admitidos;
habían cavado su destino
y por Amor habían perecido.





La joven arpía


Susana tenía un piercing.
A mí me gustaba
y de vez en cuando lo lamía,
y gozaba con ello
pero no con ella.


Por razón desconocida,
mi pasión desapareció.
Yo, todo era impulso
y frenesí
de mujer, de cama,
pero no de orificios por explorar,
sólo un pendiente rectilíneo
en forma curva e irregular
sorbía mi sesera,
condicionaba mi actuar
que sometía mi vida.


Ella lo sabía
y le gustaba;
gozaba más que yo.
Ella tenía el
poder, la sugestión,
el dominio.
Ella controlaba
y yo no.






El ocaso de los bohemios
“A Xavi y a todos aquellos neomodernistas incomprendidos
que no se han sabido reconocer a sí mismos del resto”.
(Terrassa, 1998)


Ánima trémula
mansión de pensamientos,
de lágrimas, de penas;
profundo malestar,
vestido espectral, lunar, sin mácula,
virgen y estelar.

Poco a poco, esa ingravidez
Santa nos deja,
nos abandona
y nos preserva del efímero despertar.
Nuestro tiempo se agota,
está en quiebra
y nosotros yacemos ahí, debajo,
consternados.

Un miedo dantesco
venido de todos los infiernos
nos acongoja,
nos termina, nos aplaca.
Un temor sin cenit, aletargado
mancha nuestro corazón almizclero;
nuestras ropas están sucias por el hollín,
lo nuevo sobreviene a lo viejo,
lo nuevo amenaza a lo antiguo
y nosotros, asustados, no sabemos pedir perdón.

Sólo viviendo al margen nos sentimos felices.
Sólo en nuestra intimidad nos gustamos.
Sólo un pensamiento de estupor
y de sangre nos atenaza:
noventa y ocho años es él
y el cambio de siglo su respuesta.

Vientos nuevos soplan
y marea fuerte también.
Mar estéril nos emborracha,
mar de piedras,
de cemento, de máquinas
sin ideas, sólo numeros.
La rima desaparece
la poesía es un recuerdo,
la prosa corta incita al equilibro
de un animal llamado novela.

Ya no hay espacio para nosotros,
poco a poco seremos olvidados,
y en el colmo de nuestro anunciado
ya decretado somos -en sí mismos- desechados.

Materia caduca,
cuenco estéril,
brillo sin objetivo,
huella sin destino,
somos olvidados, poco a poco,
y desechados, algo más rápido.
Nuestros predecesores:
una pantalla y una esfera
preludio de una red
grande y poderosa,
global y económica,
llena de recursos,
pozal lleno de agua
y de vida propia,
vida en recuerdo, que no vivida;
vida estéril,
como la nuestra.
Máquina vital,
gran almacén humano,
de pensamientos, de ideas,
de minotauros huidos
y de cuevas rayadas.

Sabemos, ya somos parte de la historia,
un vano recuerdo,
un mito, el perdido
en la inmensidad del océano
de nuestra propia existencia.




Copyright:

Poemas:
Ángel Brichs©


Imágenes:
Abi Pap, 2010©



Publicado en este blog bajo el consentimiento del autor:
www.literaturadart.blogspot.com







7 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Todos los poemas me gustaron, pero llamó mucho mi atención: "La trama". Interesante, muy interesante.

Saludos cordiales.

Soledad Arrieta dijo...

Maravillosos tus poemas Ángel.
Cariños!

Anónimo dijo...

Agradezco mucho vuestros comentarios, y en especial los tuyos, Soledad. ¡Cuánto tiempo! Pensaba que te había sucedido algo...
Lo dicho, y ¡a todos!:
¡L@s quiero!


Atentamente,

Ángel Brichs

Z.A. Feitosa dijo...

Gosto da nota irônica que marca de forma aparentemente destoante sua escrita. Há na sua poesia algo de penetrante e corrosivo à alma de quem lê. Será por isso que gosto tanto da sua escritura? É que me fascina essa realidade volatilizada que está sempre de permeio em suas letras; esse grito enganosamente sem propósito que silenciosamente fere os sentidos desatentos do leitor, despertando-lhe feito um urro subliminar a sonolenta atenção.
Saudações cordiais do Brasil.

Anónimo dijo...

Agradezco sus comentarios, Sr. Feitosa. Y, debo añadir que, viniendo de un poeta y escritor de su talla, es un honor demasiado grande, el cual no merezco.

Ángel Brichs

P.S.: ¡Saludos desde España!

Félix Esteves dijo...

Excelentes trabajos poéticos, pero debo mencionar que "El ocaso de los bohemios" es mi preferido, en el leo una cierta angustia contenida o desesperación que esta como dormida, pero esta allí,y que en cualquier momento puede explotar o despertar. Realmente un lujo leerte.
Saludos
Félix Esteves

Anónimo dijo...

Gracias, Félix.

Como a veces se suele decir, el último puede ser el primero. Comparto -en parte- tu elección.


Atentamente,

Ángel Brichs

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