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sábado, 12 de diciembre de 2009

Una mirada hacia el suspense más cotidiano, por Pilar Ana Tolosana

El siguiente microrrelato que tenemos el gusto de presentarles, "En el sótano", cuya autora es una de nuestras habituales colaboradoras de este blog, la escritora vasca Pilar Ana Tolosana, se presenta como una alternativa a nuestros temores cotidianos, donde los sentimientos más pueriles se unen a la, a veces, extraña realidad del mundo en que vivimos, en donde conceptos tan absurdos como la existencia de un submundo en el que habitan todo tipo de seres esperpénticos (el vagabundo, el cocainómano, los inmigrantes ilegales, los okupas, los chaperos...), a los que hemos erróneamente idealizado como individuos de otra dimensión y con los que raramente queremos toparnos, tarde o temprano pueden invadir nuestro "espacio", rompiendo esa línea imaginaria que nos habíamos trazado. Un mundo fantástico que desaparece cuando comprendemos en nuestras propias carnes que, aquellos que yacen ahí fuera no son tan diferentes de nosotros y, aunque no queramos admitirlo o no nos guste demasiado, hemos de aprender a convivir con ellos bajo ese mismo techo en el que habitamos todos y que se llama Sociedad.






EN EL SÓTANO

Esa misma tarde llegué a casa desde el hospital; me había roto la pierna izquierda y me habían inmovilizado la extremidad con yeso… Así que me esperaban unos cuantos días de convalecencia.
Mi hermano se había hecho cargo de la situación, y ahora que estaba en paro, había prometido ayudarme en todo lo necesario. Sólo tenía que esperar unos minutos a que se presentara… cuando los ruidillos que provenían del sótano se hicieron más toscos y penetrantes.

En un principio lo atribuí a que las cañerías estaban mal, hasta que empezaron las voces y los murmullos. Quise comprobar si había alguien más en la casa; me levanté de mi silla de ruedas, y a saltos pequeños, logré llegar a abrir la puerta del sótano.
La luz estaba encendida, cosa que no me esperaba; al perder el equilibrio caí por las escaleras, sin poder levantar la cabeza del dolor punzante que me atacaba, pero al fin y al cabo no fue tan malo encontrar otra familia, que se hospedaba allí entre artilugios y trastos viejos, porque ellos me auxiliaron y vendaron mis heridas.



Copyright:

Del relato y fuente de la imagen:
Pilar Ana Tolosana©

Introducción:
LITERATURA DEL MAÑANA©

Publicado en este blog bajo el consentimiento de la autora:
www.literaturadart.blogspot.com

1 comentario:

Soledad Arrieta dijo...

Mis aplausos para la autora.

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