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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Las nuevas caras del arte de nuestros días: Almandrade (Reportaje y entrevista)



"Los viejos mitos desaparecen, el mundo auna sus fuerzas en un cambio social, e idético, político. Con la prematura muerte -a finales de los ochentas- del movimiento Pop, una nueva época más homogénea para el arte y todos sus progenitores artistas ha cambiado lo que, años antes, constituía el trabajo de unos pocos -como Balthus o Basquiat- iconoclastas sumisos y endogámicos. El arte ha dejado de ser propiedad -casi exclusiva- del artista y cierra sus filas en torno a nuevos conceptos menos puritanistas, más globalizados, comunes; el artista pierde valor para ceder los méritos de sus trabajos a una humanidad cambiante, que quiere más, y más deprisa, hecho por el que el espectador reitera -una y otra vez- un interés hacia el abstracto y el cubismo (en pintura) y prefiere los diseños más futuristas a las líneas más clásicas de unos años atrás.
Después de una época viene un cambio, y a continuación una transición a otra nueva y otro cambio que late en su interior. La gente sabe lo que quiere, lo que es bueno y eso es justo lo que hace. Y es esa espontaneidad lo que nos acerca al cambio, recurrente y recurrido. El audiovisual mece nuestras conciencias y la arquitectura, la moda y el arte se funden en un único diseño que busca sus espacios en el minimalismo, tanto en forma como en contenido, para mostrarnos esa época nueva, quizás Post-Memphis que Ettore Sotsass ni negaba ni promovía, una etapa de experimentación, hasta los límites del saber; quizás para prevalecer hacia una regeneración de nosotros mismos, medio formas ingenuas que nos remontan a nuestra esencia dadá de ver el arte; una vuelta atrás al pasado para enseñarnos un futuro diferente (past to future); un futuro donde un grafito tendrá el mismo valorque un Miró y el mismo boceto sea susceptible a concebirse como obra terminada, encauzando, a nuestro mundo, al mayor estudio de lo que queremos ser y no de los que fuimos".



Ángel Brichs,
Crítico de arte contemporáneo
www.aelc.com .










La mayor parte de blogs que conocemos son de una sola índole, o sea, cuadrados.
LDM, en cambio, se distingue de todos ellos por ser de naturaleza redonda, es decir, que acerca al lector sus propias propias ideas, y las del resto de sus colaboradores. Pero luchar en un puente tan estrecho, como es la libertad digital, no es fácil, y para que nos tengan en cuenta necesitamos asegurarnos buenos contenidos y dar historias que recaben el interés del público.
Y huelga decir que ese es un compromiso de fidelidad que nos obliga a muchos sacrificios, descartando numerosas -y valiosas- informaciones que llegan a nuestra redacción, pero también estudiando -con rigor- todas aquellas que nos envían; es por ello que -echando un vistazo a lo genuino, novedoso y espacial de las creaciones de Antonio Andrade (Almandrade), creímos que fueron lo suficiente oportunas -y dignas- de reseñarse aquí.
Y por eso lo hemos hecho.










Introducción. Una odisea entre bambalinas. Una aproximación a la creación artística de nuestros días

El arte que conocíamos está muerto. Ese sujeto artístico inconsciente y unívoco, que llenaba las páginas de cuantas revistas especializadas del ámbito existiesen, ha pasado a la historia. En vez de ello se ha transmutado en el ejercicio más elemental del término. El arte de hoy ha dejado de ser un producto semiótico de unos escasos bohemios para situarse en un estudio de la creación artística a todos los niveles y a gran escala. Ya no se trata de crear por impulsos ni ferozmente, como -a menudo- había sido concebido éste en la mente de pintores, escultores y todo tipo de artistas. Y decimos "todo tipo", porque de eso se trata, precisamente. En poco menos de un cuarto de siglo hemos descubierto varias categorías artísticas "nuevas" de las que, el impacto que ha ejercido la industria audiovisual ha conseguido cambiar el concepto genérico que se tenía del mismo para "exportarse" como una faceta más de la creación artística de nuestra época contemporánea. Sin darnos cuenta -como siempre ha sucedido en toda actividad humana- nos adentrábamos en un cambio que llevaría consecuencias devastadoras. Unos efectos que revertirían en el mismo concepto clásico "un tanto renacentista" que el "first art" nos había traído. En su lugar, y producto del impacto que las nuevas tendencias "vintage" como la moda o la escenografía (teatro), nos hemos encauzado en una óptica más pensante y menos matérica de verlo. Una estética preconizadora de cambios constantes y rápidos, porque la esencia de la misma consiste en una supra necesidad de sintetizarlo todo hasta la saciedad, una visión en la que la fotografía y el grafismo tienen, por excelencia, su interacción más interesante, que nos remonta -y evoca- a líneas por descubrir y métodos creativos que, ahora más que nunca, se desarrollan en los nuevos locales del arte, los espacios creativos que, distintos al taller de artistas o el popular estudio particular del artista de toda la vida, no se podrían imaginar sin cambiar esa nomeclatura por otra más académica. El arte ya no es individual, es más interactivo que nunca, y se centra, más que en el ingenio y la abstracción, en la búsqueda. Y para su captura no se bebe absenta ni se sobrevive a merced de las cosmogonías que interaccionan en la mente de ese gran actor que ha sido, hasta ahora, el artista. Es en los "laboratorios creativos" donde se encuentra; y los que interaccionan con él: estudiantes y profesores.





Pero para augurar este cambio de ciclo ha sido preciso promover y remover muchas ideas dispares -y conciencias-, de las que las nuevas líneas trazadas en la potenciación de la I+D al más alto nivel, desarrolladas a partir de programas de acción anticrisis llevados por el actual sector político, han resultado fundamentales a tales propósitos. Pero no han sido los únicas. Toda medida de contención -a corto plazo- requiere tres más para un plazo más largo, necesarias para desarrollarse en un contexto social posterior y consolidarse -a sí mismas- como "pieza de futuro".
Desde que un lingüista bávaro llamado Manfred Bierwisch analizó, en su ensayo "El estructuralismo", las claves del lenguaje, realizando una comparativa entre la psicología y los elementos semánticos que habitan en él (sofismos) -algo que se conoce ahora como metalingüística-, siempre hemos querido analizarlo todo. Y quizás ha sido la sucesiva influencia, en los últimos doscientos años, de diversas tendencias artísticas -de las que las avantgardes han sido las más significativas- que hemos dejado de lado los estudios para crear, initerrumpidamente, sin criterio ni control. El artista tenía todo lo que quería a su alcance. Tan sólo tenía que postularse a favor -o en contra- de algún u otro concepto que habitara en arte. Todo estaba creado ya. No faltaba nada por descubrir. Un error terrible que, ahora, tras un período de "casi" un cuarto de siglo de una singladura en la que el copismo y la no protagonización del artista en sus ideas había aguado la creatividad, ha vuelto a nacer una gran esperanza.




"La mayoría de artistas de ayer y de hoy, muy a menudo, buscaron una suerte de lenguaje estilista en el que depositaban toda su independencia que les era necesaria para elevarse como unos meros estadistas del método, el suyo y propio, creando un conato de resistencia frente a todo lo que era, y sigue siendo, diferente a todo lo que hacen".

Ángel Brichs,
Crítico de arte contemporáneo.


El arte, esa doctrina categórica y -acientífica- vista más a menudo como una terapia sensorial y asistémica adquiere en ésta, su etapa actual, unas bases que le llevarán a un nuevo humanismo. Preservar en ese concepto se ha convertido en poco más de cinco años, en un claro exponente de la realidad que el futuro nos depara. Y más aún porque el futuro es ahora, en este minuto, en todos los segundos del día, en nuestra propia existencia. Concebir el arte sin un tratado que actúe como su igual en una obra demostrará -y demuestra- ser una irreverencia e irracionalidad del artista para con su entorno más inmediato: la sociedad. Y lo social de hoy es ecología, libertad sexual, fanatismo, paradoja, pero no libre albedrío: ¡nunca más! Si algunas de esas cosas hubieran sido un hecho cuando en 1887 Ferdinand Tönnies escribiera "Comunidad y asociación", una de las piezas capitales para ponderar hacia la sociología moderna, nunca lo hubiera escrito. Pero como es antropológicamente aceptado, y muy necesario, evolucionar para alcanzar la razón y el conocimento necesario en cada época -y no antes de tiempo- la mezcla de todo ello ha sido fruto -también, y por contra- de crisis, tanto económicas como de ideas. Y son en algunas épocas parecidas -como la que estamos viviendo en la actualidad- donde se alzan voces de cambio, partiendo de cero y con un solo objetivo: perdurar. Pero para hacer un cambio duradero se tienen que cimentar las bases y sumarse voces para platicarlo "a coro". Desgraciadamente, en nuestra sociedad, uno de los problemas, sucesores del posmodernismo, ha sido la individualidad que afecta al hombre en todos los niveles de su existencia y desarrollo social. Culpa de ello: el movimiento digital, la depresión como fenómeno y causa fundamental que acompleja y encierra al ser humano en el aislamiento más absoluto pero, sobre todo, el deseo -como decía Hobbes hace más de cuatrocientos años- de competencia feroz, de ser tú -el mejor- y nadie más. Y a ello viene la incapacidad de compartir. Algo que, esa misma tecnología que, para unos fue causa de encierro, Internet, ahora lo es de multitudes. Los tiempos cambian. Pero las disciplinas también lo hacen y aunque podamos entrever visos del Dadá y el conceptualismo en el arte de este artista que presentamos hoy en LITERATURA DEL MAÑANA, les podemos asegurar de que es fruto nuevo. Quizás tan nuevo como antaño lo fueron esos arquitectos y diseñadores del grupo "Memphis", de los que su influencia clara en las obras de este brasileño no puede dejarse al margen. Y es que nada proviene de nada si antes no es creado por alguien. Un alguien no cualquiera, como Ettore Sottsass, el creador de ese grupo citado, el cual profetizó el cambio de la perspectiva de arte que se tenía para ahondar hacia una mezcla entre estilos diversos, de los que la moda y el grafismo (el mero croquis) como diseño cambió la concepción que teníamos de él. Mario Godani, Aldo Cibic, Javier Mariscal, Barbara Radice, Matteo Thun o Shiro Kuramata fueron algunos de sus próceres y miembros, los cuales, durante más de quince años proyectaron sus formas y costumbres hasta que el movimiento desapareció como tal. Pero su legado estaba más vivo que nunca. Era la aportación a un nuevo hombre de las ideas que crearía el siglo XXI, el cual rehuye los "ismos" para someterse -expresamente- a su creatividad, junto a la interacción con dos nuevos valores: intuición y estudio. El pasado está exento de ello. Algo que me recuerda a esa mítica frase que Sottsass, en un reportaje de Brigitte Fitoussi, en 1994, que aparecía en el nº 292 de la revista "L'Arquitecture d'Aujourd'hui" donde en una entrevista que se le hizo decía cuando quería exponer las razones que le habían llevado a la creación de Memphis: "Mirad hacia allá, hay otro paisaje, si queréis podéis ir a pasear por allí".

Dieciséis años más tarde nos encontramos ante una diatriba similar, pero con un nuevo acicate: la implementación de un nuevo academicismo que prefiere invertir en forma que en estilo. Algo nunca visto desde el Renacimiento. ¿Y por qué? Porque necesitábamos un cambio, una nueva forma de reverenciar a la idea por encima de las pasiones pubertales del arte de nuestra historia. Un arte que busca también la unión de literatura y pintura, de géneros y de "arquetipos", para formularse, y alzarse en forma multidisciplinar, sin apoplejías de ninguna clase ni disensiones internas. La provocación está ya ajada, otra nueva es necesaria. Se llama pro-vocación. Y la única forma de salvarla es mediar hacia ella, transversal y en toda su tangencia. Y ha sido de la mano de un movimiento que no nos es desconocido: El Neomodernismo, el cual en Brasil ha tenido una gran influencia en los últimos años, que entendemos y descubrimos en las creaciones de un artista que crea escuela y "perdura": Almandrade.





Buscando el "arte"


"Almandrade, sin dejarse devorar por la provincia, produce con su arte un saber sobre la imposibilidad de consistencia de un sistema de signos".

Haroldo Lajazeira,
Poeta.



Aunque hasta la fecha, este artista y poeta brasileño era un supremo desconocido para nosotros, no pudimos dejar de prestar atención a esa rara mezcla de bocetos y diseños seudodigitales que se parecían más a un programa antiguo de MS2 o Windows 95 (como el Tetris o el clásico Arkanoid) que a una de esas nuevas líneas experimentales que los nuevos métodos de expresión artística nos han traído en esa tan ufana y, frecuentemente, supra admirada contemporaneidad.

Si bien para muchos pueda considerarse como un predecesor del dadaísmo (por su notable parecido a las creaciones y panfletos gráficos de Francis Picabia, entre otros), el fenómeno nudista, o "nudismo abstracto" -como algunos críticos lo denominaron-, y que ha pergueñado el artista de Bahía, haría de esta comparación un mero espejismo. Más en la tangente del nominalismo (http://www.filosofia.org/enc/ece/e40519.htm) y los restos antipop de la nueva figuración de finales de los ochentas, la reflexión en solitario que ha hecho de su arte Almandrade rehuye todos los vanguardismos existentes y se extiende -y plantea- como un gran poema visual en busca de nuevos versos e ideas con que poderse expresar.



Cuando se escribe una crítica de arte, a menudo, se tiende a comparar la obra del artista con algo que ya conocemos, a menudo una tendencia o movimiento, o artista en concreto; no obstante, en el caso del arte conceptual que evocan los, más que ideogramas, flases apocalípticos de aquello que nunca se debería dar en arte, quedamos inmersos -y aludidos- por la línea desconcertante que, en los últimos años, nos han llevado los progresos creativos en esta dirección, por lo que debemos preguntarnos si el enfoque personal de Almandrade es menos arriesgado de lo que, a simple vista, parece.
Cuando el arte se caracteriza, y creándolo, teoriza sobre él, se gangrena, y nadie quiere saber nada de un inválido, de una pierna que no anda. La gente rehuye lo que no entiende y por tanto, de los artistas que no se suman a aquel principio básico que sigue al sentido común y que hace creer -a la masa- en un arte más elemental, menos profundo. Quizás por ello, este artista se haya valido de algunos de los conceptos que hasta aquí hemos ido plasmando, conjuntándolo todo hacia una "línea maestra" donde el diseño en 2D y 3D de sus numerosos proyectos, se deduce como un subproducto de esta nueva era online que todos estamos viviendo. Por esa premisa, lo genuino de las tendencias del brasileño se miden en el punto de inflexión artístico que reza en el inconsciente colectivo, el cual, día tras día encontraremos más imbuido en un plano virtual, donde la imagen debe ser más interactiva que nunca. Algo curioso que, hace poco más de ochenta años atrás, poetas y artistas de la bohemia parisina como Tristán Tzara o Man Ray, explotaron en sus fotomontajes, pasquines y anecdóticos carteles de visitas a sus exposiciones clandestinas, a medio camino, siempre, entre lo políticamente incorrecto y las inverosimilitudes de lo dantesco.

Sea de un modo u otro, el "abstraccionismo geométrico" del carioca tergiversa gran parte de la historia artística contemporánea, reinstalándose en algo que podríamos catalogar de neoprimitivismo o "nueva era gráfica", presentándonos todo un cúmulo de ideas que corren hacia un némesis artístico que amenaza con llevárselo todo.







El poder de intuir lo que no se dice

Lo que antes, en la época dadá, se vio como una revolución del subconsciente, el cual primaba por descubrir todos aquellos tabúes del ser humano, a día de hoy -redescubiertos ya mil veces- lo que ha perdido interés en escenificarlos, preferimos que el espectador -o el lector- los imagine, mostrándolos (los artistas) como una metáfora, un contrasentido de lo que nos es conocido; el espectador y/o lector debe seguir siendo desvelado por su gran prerrogativa vital: su curiosidad.



"Este brasileño ejerce el arte en nosotros: haciéndonos pensar, más que ver".

Ángel Brichs,
Crítico de arte contemporáneo
http://www.aelc.com .





Botella: En esta obra, Almandrade pretende ejercer su impronta, mostrando una botella reutilizada, vacía, aquí reciclada para medrar hacia un propósito más elevado: su contenido, el cual se personifica en una iconografía del mismo artista, cual burla sagaz hacia todo el sistema de mercadeo en el que vivimos. La alternativa "poética" al mensaje en una botella de Poe, aquí expuesto mediante otra -no cerrada ésta- que respira y no se nutre con el aire viciado del contenido habitual que estos objetos encierran en sí mismos.














Croquis (diseño): "Plano cerrado" en el cual sólo se descubren tres habitáculos que abren sus puertas en un mismo rellano, ante la mirada "sombreril" de un icono que arguye a una imagen que siempre ha sido asociada a lo masculino. 3 espacios, trasteros -no habitables- que, a modo de cubículos -al más puro estilo de los que padecen esa extendida enfermedad nipona (hirokomori)- saludan a la mente de cada uno, la cual es la que escoge: individual (1 cuarto) o compartido (2).




O prazer do hermético. Ou o hermético do prazer: Una frase separada con una línea y una llave que atraviesa una cerradura: elementos imaginarios de un erotismo, que, frecuentemente los psicólogos definen como "pensamiento sucio". Otra perspectiva del imaginario de Almandrade, aquí reconstruyendo imágenes tan simples como conocidas por todos, que, sin embargo, pueden dar significado a conceptos mucho más profundos: he aquí el sentido de la obra del brasileño.






Obras variadas: Como arquitecto, Almandrade huye de líneas amorfas para mostrarnos una clara influencia de movimientos pasados, tales como el holandés "De Stijl", esgrimiendo en sus populares infografías y esculturas, un claro parecido con diseñadores como Gerrit Rietveld, creador, entre otros, del popular taburete Bent y la mesa auxiliar Schöder1, o las famosas sillas Zig-Zag, tan de moda a finales de los treinta, cincuenta y setenta, volviendo a ser -hoy en día- con el auge de lo retro, noticia.














Literaturísimas

LDM: ¿Cree que el arte de hoy debe ser diferente al de ayer? ¿Por qué?
A.: Sí, cada ciclo histórico conviene a una nueva visualidad que se impone. En sí ya no estamos tan avanzados, es más, hemos vuelto sobre nuestros pasos, estando más atrasados que antes, pero no vamos -por ello- a tener otra revolución en el arte como con el cubismo. Hacer el arte de hoy es discutir lo que se hizo y dar un paso pequeño hacia muchas cosas.

LDM: Sus diseños, prototipos -como creen algunos críticos-, ¿en qué visión artística estarían inmersos?
A.:Descubrí el arte constructivo a través de la poesía concreta, a continuaciónpasé por el arte conceptual en la década de 1970. Tengo en mi trabajo actual esas referencias, tanto en la poesía y las artes visuales como en principio, una economía de los medios, de plásticos y verbales, una tendencia llamada "arte contemporáneo".

LDM: Sus influencias en la poesía visual y en la etereidad del movimiento cubista, sufren por una estética dadaísta que usted nunca ha dejado al margen. El uso de estas formas catódicas pueden parecer un vestigio de su verdadera profesión: la arquitectura. ¿Intenta revivir esa vieja ingenuidad, que, desde siempre ha interactuado en el mundo del arte?
A.:
No puedo negar mi formación de arquitecto, no unfactor, pero tiene una pequeña parte de la contribución en mielección estética. El arte tiene un pasado rico, la modernidad dejó muchos vestigios que emergen en elarte contemporáneo. Mi trabajo es resultado de lo que he visto y leído.

LDM: Hace algunos meses, un artista catalán bastante reconocido, Josep Minguell, le dijo a Ángel Brichs -un colaborador de esta página- de que el haikú era su estructura métrica preferida. ¿Cuál es la suya?
A.:
No tengo una estructura métrica, trabajo con una noción de síntesis. Entre la poesía concreta[1] y la poesía dadaísta, las dos cadenas dela modernidad, he encontrado una manera de expresarme.

LDM: Por último, ¿cómo ve el futuro de ese ente al que conocemos como arte? Y apelando a su condición de poeta, ¿sería mucho pedir de que nos lo respondiese en forma de poema?
A.:
El futuro del arte no se deberá al pasado, como la filosofía. Si el arte tiene un nacimiento, posiblemente como no sabemos a ciencia cierta qué es el arte, poco podemos hablar de su futuro.


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depois a humilhação
vem o envelhecimento
o repouso é inesperado
esterilidade da emoção
provável decadência
...
enfim as incertezas.
.......................................
O futuro é poeira.
Sonho de amanhã
que o vento leva
além das margens
e dos mangues.
................................
O saber é um desconforto
de uma civilização
que vive ao redor do imediato
e humilha a memória.
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Ainda
o mar de Homero
habita
o céu da história.
Um lance
de dados e textos,
jogo da literatura.
Pensar é
abrir portas,
migrar
para o desconhecido.
Impossível se achar
um limite.
............................................



No retângulo da esquadria
descansa
a velha paisagem renascentista.
A cada novo olhar
uma provocação
canta a imaginação
uma janela para o passado
que contempla o futuro.
Exatidão de cálculos e
sedução de metáforas
celebram
o nascimento da pintura.
........................................

©Almandrade, poema (versión original en portugués).






Antonio Luiz M. Andrade (Almandrade) es artista plástico, arquitecto, diseñador urbano, poeta y profesor de teoría en el Museo de Arte Moderno de Bahía (Brasil). Calificado a menudo como estratega del nuevo arte contemporáneo brasileño, se integró en proyectos colectivos de poemas visuales, multimedia y de instalación en Brasil y en el extranjero y fue uno de los creadores del Grupo de Investigación de Lengua de Bahía, que editó la revista "Semiótica" en 1974.
Ha realizado cerca de veinte exposiciones individuales en Salvador, Recife, Río de Janeiro, Brasilia y Sâo Paulo entre 1975 y 1997; goza de publicaciones en varios periódicos y revistas especializadas en arte, arquitectura y urbanismo, y ha publicado varios libros de poesía y/o de obras visuales.
Tiene obras en diversas y variadas colecciones privadas y públicas como el Museo de Arte Moderno de Bahía y la Pinacoteca Municipal deSâo Paulo. Entre algunas de sus numerosas exposiciones, podríamos destacar la Retrospectiva realizada en el Museo de Arte Moderno de Bahía (2000); la exposición "pensamientos" en el Museo Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro (2002); I Exposición Internacional de Escultura Efímeras (Fortaleza) o su participación en las XII, XIII y XVI Bienales de Sâo Paulo. Entre sus numerosos galardones destacamos los Premios en los concursos de proyectos para obras de artes plásticas del Museo de Arte Moderno de Bahía, 1981/82 o el Premio Fundarte en el XXXIX Salón de Artes Plásticas de Pernambuco en 1986.
En el ámbito poético, entre otras publicaciones, se le conoce por haber participado, en 1997, en la Antología Internacional de "Poetry Review", con un poema traducido por el poeta americano Steven White.
A finales de agosto pasado, LITERATURA DEL MAÑANA publicó un artículo suyo, el cual sirve así mismo, de introducción a un taller que el artista impartirá hasta el 22 de octubre de 2010, en el Auditorio del Museo de Arte Moderno de Bahía:





Copyright:


Reportaje y entrevista:
©LITERATURA DEL MAÑANA.


Imágenes y poema:
©Almandrade.


Publicado en este blog bajo el consentimiento de los autores:
www.literaturadart.blogspot.com .



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