'Europa, toda Europa debería dirigirse al Sur para que, en contrapartida de sus abusos coloniales antiguos y modernos, pueda ayudar a equilibrar el mundo; es decir, Europa, finalmente como ética.'
Con esta apostilla, la cual yace en la cubierta de 'Una balsa de piedra camino de Haití', (Editorial Alfaguara, 2010), José Saramago se ha sumado a la iniciativa 'Haití en el corazón' cuyo objetivo es recaudar fondos para la ayuda de los damnificados de la catástrofe que hace poco más de un mes y medio sepultó la vida de más de cien mil personas. Bajo los cascotes y edificios de Port Prince, antigua perla colonial del arte naïf antillano, hasta hace pocas semanas aún se encontraban algunos hombres y mujeres con vida. Ahora, tras el desastre, sólo quedan unas pocas ONG y la macroayuda económica de las grandes potencias como Estados Unidos para salvaguardar el orden e intentar recomponer la situación en el país. Una situación bastante difícil de reencarrilarse ya que a diferencia de otros desastres ocurridos hasta la fecha, es en este caso un Estado entero el que se ha sumido en el caos y el terror. En poco más de quinientos años nunca antes se vio en el mundo entero una crisis como la que en este 2010, año que nos viene plagado de desastres naturales y cataclismos climáticos, año que siquiera está al empezarse, se ha visto.
La situación en Haití, tal como me relataba en una comida que mantuve hace pocos días con el presidente de la ONG catalana 'Ayuda-directa', Marcial Peralejo, es dantesca. No se puede describir. He participado en numerosas misiones humanitarias en más de siete países considerados de riesgo; nunca antes vi algo parecido. El país, en sí, no existe.
'Hay numerosas cosas que podría explicaros. El material fotográfico es cuantioso, pero la mayor parte no lo he querido difundir. Siempre he creído que el respeto y el honor son dos cosas más importantes que la misma realidad de la existencia humana. No obstante, estábamos allí para salvar vidas y no medrar con sus quejas y llantos.'
'Un presidente de una organización como la mía debe ser ante todo, humilde. Sin embargo, a veces, luchando contra los elementos, contra la muerte, contra muchos e indeterminados conceptos, ideas que desde aquí, desde casa no alcanzas a descifrar, te superan, y un vano alarde de protagonismo te invade por completo.
Cuando colaboré con Vicente Ferrer en India, quise hacerle una entrevista, ya que entonces tenía a mi cargo un programa televisivo en una cadena local, y aproveche mi estancia en Anantapur como cooperante para hacerle unas preguntas. Él me dijo, me acordaré siempre, déjate de preguntas, siéntate a mi lado y hablemos. Ese rasgo es algo que va más allá de la humildad más extrema, es algo que te llena. Es, indescriptible.'
Desde LITERATURA DEL MAÑANA, como amigos de otros amigos, que, en aras de la incomprensión más absoluta para el resto de la humanidad o porque quizás están forjados de una materia diferente que el resto de las personas, queremos homenajear a esos hombres y mujeres valientes, a esos 'líderes humanos' que, desde el anonimato, siendo seres comunes como todos nosotros, hacen posible la existencia de una parte de esa humanidad que el ser humano día tras día, en su eterna lucha contra él mismo, ha herido de muerte. Desde aquí honramos el merecido trabajo de esas gentes, de sus ideas, y de su simplicidad, gente como Marcial Peralejo y su organización y todas aquellas otras personas que han dado su sangre y sus vidas por una cruzada sin nombre escrita con letras de pobreza en nuestros corazones. ¡Saludémosles!, porque se lo merecen.
Y para todo aquél que desee ayudar en las tareas que esta ONG está llevando a cabo, aquí dejamos un número de cuenta para todos aquell@s que deseen colaborar:
Copyright:
Del Artículo:
LITERATURA DEL MAÑANA©
Con la ayuda de:
miembro de la Junta directiva del Ateneu Terrassenc
Imágenes:
Ayuda-Directa y Marcial Peralejo©
3 comentarios:
Este es un artículo sobre la moral de las publicaciones, no de los periodista.
La saturación de imágenes anula el dolor, lo hace un espectáculo cotidiano, de consumo morboso.
El Sr. Peralejo, sabe respetar el dolor de su prójimo,admiro su labor solidaria.
Un abrazo.
Los periodistas deberían concretarse a informar y no ser amarillistas. El amarillismo entorpece la noticia.
Interesante artículo.
Saludos cordiales.
Es muy buena la nota, Ángel, sobre la tragedia de Haití y sobre las personas que ayudan en estas situaciones tan dolorosas. América está conmovida por estos desastres climáticos.
saludos cordiales desde Buenos Aires.
Araceli Otamendi
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