¿Qué lecturas os seducen más?

lunes, 11 de octubre de 2010

Prosas escogidas (II): Santiago Ocampos



JULIO CORTÁZAR


Julio Cortázar tomaba una piedra, tocaba su frente, exageraba el gesto, y saltaba del tiempo anteponiendo su propio cuerpo para salvar a la literatura de la realidad. Con la otra mano tomó una tiza y empezó a dibujar la imagen del cielo sintiendo la respiración de las baldosas sobre la vereda. Comenzó a trazar un páramo. Un animal. Un cráneo de palabras. Una morada terrenal pero poética. Asomó por el límite y tuvo miedo. Vio su sombra cubriendo las ramas del dibujo. Tuvo la valentía. Tuvo la prosa a su favor y desapareció como un barco por el horizonte. Supo que era un niño. Un argonauta. Un soldado en un espacio sideral y descubrió la superficie del amor. Invulnerable. Axiomática de Rocamadour que lo perseguía a lo largo de la escritura tras sus pasos que iban adentrándose por las calles de la noche escarchada de estrellas y hojas dejando atrás al hombre posible.





JORGE LUIS BORGES


Jorge Luis Borges hundía sus ojos en el laberinto. Creyéndose avezado en cuestiones de escritura tomaba con sus dedos la mirada de la noche. Bebía la luz, de golpe como un borracho desarmado, de a poco la figura de su hombre iba metiéndose en la geografía física y mítica, de a poco iba abandonando las ropas, la vergüenza, el tiempo pasado, la lectura azucarada, la rima perfecta, de a poco iba adentrándose apretando la punta de un hilo como única guía, el porvenir crecía con las flores, flores de nombres indescifrables, platónicas, jóvenes, esferas luminosas, planetas, el niño dejaba atrás sus prejuicios; su inscripción a la ironía porque perdía la inocencia, el pecho desnudo, traduciendo la conspiración de su propia palabra, el niño iba apretándose al hilo como si le faltara el aire, buscando el centro iba yéndose, buscando el crepúsculo, lo vital, aferrado a la filosofía de lo eterno, distancia cósmica, el instinto le iba diciendo que la utopía estaba unos pasos más allá, que el aliento de Teseo estaba unos pasos más allá, ardiente, presagiándolo, esperando el rescate.





Algunas notas acerca del autor...


Escritor, corrector de estilo y estudiante avanzado de comunicación social (ICES), Santiago Ocampos se jacta de cultivar la poesía (en su contenido) y en su forma teórica (con el ensayo).
Entre algunos de los premios y galardones que ha obtenido, destacaríamos el 1º premio en el 3º Encuentro de talleres literarios organizados por APOA en 2004 por su obra Prosa al Ensayo, o el 3º premio de poesía en el V Concurso participativo de UPCN (2004) por su obra El cuerpo volteado al sol.


Entre otros méritos literarios, también le destacaríamos su representación en la provincia de Río Negro en la Feria Internacional del libro de Buenos Aires (años 2001, 2002, 2003 y 2004) y sus colaboraciones en calidad de columnista en medios gráficos de la ciudad de Cipolletti durante quince años.
Su último libro, El Enamorado de plata Vol.1, conjuga el ensayo y la prosa poética, los géneros por los que se ciñe gran parte de su literatura.



Todo un autor apolíneo que deshuella con su prosa avant-pop a todos aquellos mitos literarios que nos han precedido, como vemos aquí en los dos microrrelatos que nos trae para ésta, su primera colaboración en LITERATURA DEL MAÑANA; para mostrar los nuevos formatos de esta literatura postmoderna, experimental y regeneracionista que tanto prima por existir, posponiendo los viejos métodos narrativos en aras de una deconstrucción de todo lo ya existido para recomponerlo nuevamente, conformando esa prosa independiente que el siglo XXI nos ha llevado a éste, tan osado como cambiante mundo literario.




Copyright:


Relatos e imagen:
©Santiago Ocampos


Reseña:
©LITERATURA DEL MAÑANA


Publicado en este blog bajo el consentimiento del autor:
www.literaturadart.blogspot.com



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