¿Qué lecturas os seducen más?

martes, 17 de noviembre de 2009

Literatura Online



Desde hace muchos años, hemos estado acostumbrados a leer entre las apretadas páginas de algún enjuto volumen, sin darnos cuenta de que nuestra mirada estaba envuelta entre las sucias aguas de algo marginal, tendencioso. Estábamos acostumbrados a dejarnos aconsejar; nos gustaba, en sí, mucho más el guiso que nos ofrecían que el que nosotros podíamos fabricar. Y es que no teníamos elementos para cocinarlo.
Durante largo tiempo hemos vivido en una cárcel, en una prisión donde sólo existían un plato de sopa y un pedacito de ternera adobada que nos servía de rancho. Nunca hubiéramos pensado más allá de esas cosas, ni tan solo imaginado que existieran exquisiteces culinarias que pudieran adornar nuestras bocas. Nos encontrábamos encallados. Inmersos dentro de una letrina infecta donde nadie podía expresar lo que quería ni decir lo que pensaba.
Pero eso ha cambiado. Ya ha llegado el momento en que podemos saborear aquello que nuestro inexacto paladar nos induce a pensar, a ser, a escribir y leer. Hemos logrado aquella "libertad total" de la que hizo gala Kropotkin. Pero una libertad digital y no real. Una libertad comunicativa, de expresión, de las ideas, no del Ser, el cual aún dista mucho de conseguirla. Pero ello ya es algo. En sí, es lo más importante, ya que el que puede expresarse con respeto, educación y criterio, entabla un diálogo ó un debate, arguye a pensar "diferente" y ensalza el conocimiento, que es el fruto directo por el cual el Ser Humano justifica su existencia.



Hace unos días, en una columna del diario "El Mundo", el escritor Antonio Gala manifestaba: "Hoy, en que todo huele a podrido, los alrededores de ciertos personajes se han hecho inhabitables. Y no es Briatore el único. En cada calle hay uno con menos éxito que él. Pero con idéntica hediondez". Esto nos podría parecer algo común, que siempre ha existido; hecho del que ya les hablamos hace unos días en esta página. Pero, si lo miramos desde una óptica más amplia, ¿qué podemos descubrir?
Menos días han pasado desde que el Sábado anterior, la escritora Silvia Alcántara, autora de la novela en catalán más vendida durante el año 2009, "Olor de Colònia", declaraba ante el Diario de Terrassa: "Hay muchas novelas que han conseguido vender 25.000 ejemplares, pero la mía lo ha conseguido en sólo ocho meses". ¿Podría ser eso orgullo de escritora o una realidad que ya ha dejado de ser un secreto a voces? No lo sé. Pero, lo que si sé es que mientras estos autores cuentan sus "batallitas" offline, existe un vehículo comunicativo más amplio y de mayor envergadura: Internet. La semana pasada recibí un mensaje por correo electrónico con el siguiente asunto: Reunión del grupo "Club de Lectura" en Madrid. Se ve que la abundancia de miembros en una actividad realizada en el portal militeraturas.ning.com había hecho posible animar a sus organizadores para celebrar una tertulia literaria en la Cafetería Zahara, en la calle Gran Vía, 31 de Madrid. Por otra parte, también recibí otro mensaje casi en el mismo día, en el que se anunciaba que la novela "Érase una vez, Adán" de Sergio Mendoza, había conseguido superar las 40,000 descargas gratuitas, un hecho verdaderamente loable, al menos para los que entendemos la literatura como un arte, y no como una fórmula editoral para ganar dinero.
Y he aquí el dilema: ¿escribir o vender? ¿Cuál sería la respuesta correcta? No seré yo quien lo diga, ya que no creo en verdades absolutas, sino solamente en lo que veo, oigo y siento. Y por ello, os he de decir que, a diferencia de todo aquello en lo que hayamos creído hasta ahora, a diferencia de ese rancho pestilente que nos han vendido como verdad absoluta, hemos descubierto que aquello que otrora fuera denominado como una nueva fórmula literaria va acortando espacios a aquellas viejas formas de entender este lindo arte. Nos hemos metido de lleno en una época donde la comunicación global, o sea, el encontrar lo que sea sin apenas moverte se ha convertido en una necesidad. Nuestro mundo ha cambiado muchísimo en el último decenio; ya no se trata de ejercer un status quo del que muchos autores se desprenden en menos que canta un gallo. La época de la abundancia se terminó y el adentrarnos a un concepto digital de ver nuestras vidas, día a día, nos hace desprendernos más de más cosas y ceñirnos en aquello que verdaderamente utilizamos. Y estoy seguro de que la industria del libro, tal y como se conoce hoy en día, se tendrá que adaptar a esos cambios, ya que si no es así, morirá.


Comentarios de algunos lectores después de la lectura de "Érase una vez, Adán":

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“Una verdadera sorpresa, coincidimos todas en no haber escuchado antes de este autor. Sin embargo, a la mayoría de nosotras nos ha sorprendido favorablemente (exceptuando tres cristianas que se sintieron ofendidas) sin embargo, el club concluyó en que este autor es verdaderamente prometedor.” Anónimo


“Mis felicitaciones al autor de la leyenda de “Erase una vez Adán” Realmente hizo una obra de arte de quienes lo considerarían un mito tonto y obsceno.” J. L. L. Recio



Hace unos años, muchos dudaban que las nuevas fórmulas de reproducción de la imagen como el DVD o el VCD no tendrían cabida y serían un lujo al alcance de muy pocos. Pues bien, a día de hoy no hemos de temer por ello, ya que lo difícil sería encontrar películas VHS o BETA, ya que la mayoría de recopilaciones cinemáticas de la historia del 7º Arte se han reproducido y ensamblado mayormente en esos, hace poco menos de diez años, nuevos formatos; y lo difícil sería encontrar en pocos años más existencias en ellos, ya que el interés que suscita en la persona humana el ahorro del espacio y una mayor capacidad en el almacenamiento de datos, como por ahora vemos en el Blu-ray disc, es algo que no tiene vuelta atrás.
Lo que me hace pensar que aquellos que hablan por sí mismos como iconos de la literatura actual "escrita y publicada en papel" no sean más que unos arcaicos ermitaños que dentro de poco queden vencidos por un sistema digital que, cada día tiene más asiduos de los que se cuentan, e incluso valga la incongruencia, de esos mismos escritores en papel.


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Copyright:

Del artículo:
Ángel Brichs©
escritor y crítico literario

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