En las poesías que ha escrito nuestro colaborador, siempre le ha dado mucha importancia a la relación que han mantenido, según él, siempre, el sexo, el amor y la muerte. En los siguientes poemas, los tres dedicados al culto "metáforico" de la rosa en la vida de las personas, ha querido hablarnos, al mismo tiempo, de los distintos significados que esta flor, siempre cargada de simbolismo, ha vertido en el curso de la vida a la muerte; fruto, como no, de amores y pasiones, los cuales, según Brichs, existen como situaciones autodestructivas escenificadas, frecuentemente, y comparadas, de algún modo, con las irracionalidades del amor y todas sus consecuencias: las relaciones sexuales perecederas.
Rosa del amor
flor inmaculada,
planta dramática,
capullo impúdico
que actúas, sutilmente,
grácil, como un histrión
vengativo, vital, impuro.
Que sostienes cuerdas flojas
y perfiles amarrados,
ojivas doradas
y sogas autodestructivas.
_
la más pulcra entre las mortales,
sojuzgas la carne,
desde tu tallo hasta tu corte,
del tronco hasta las plumas,
pétalos solares
que se abren y se baten,
y que, sonrosados, encierran
víctimas y agresores
de lúgubres carnalidades,
carnosas, estériles, huidizas, disidentes,
que aprovechan el tiempo
y perpetúan el destino,
arremetiendo contra la vida;
son más que pétalos ofreciéndose;
son paraguas
de dentelladas,
simples y grises,
simulando colores de oro,
de sangre y virtud;
de huidas y frustraciones,
de sonrojos y lisonjas,
de fétidos malestares,
rojas poesías y
débiles verdades,
inquietas realidades
de cobardía: sucias,
de mentiras: límpidas;
antítesis del ser,
aspectos del existir
de la mano, del beso,
de la pasión y el desaire,
huidizo deseo incontestado
y belleza reencarnada
una y otra vez,
irracional, expectante:
un espejismo de nuestras conciencias
mediante una sinergia amatoria
que rompe moldes
y formula esquemas,
pero que nunca, nunca
lubrica miedos
sino un haz, mortecino,
que diluye la ira
y agota la rabia
para fundirse en un velo
amargo y húmedo,
preciado de toda luz
y carente de vida propia
que gotea, ánimo tras ánimo,
la luz del ocaso y
el cenit de nuevas tierras
inconquistadas y sudorosas,
llenas de agua, hierbas, lumbre y vino,
elixires fraternales
de los misterios del amor.
Rosa de pasión
Sobre colcha y sábana
atenazado te hallas,
inerte, estéril, tumbado;
y en esa vergonzosa postura,
versátil e indefensa,
atenazado te encuentras
víctima de tus banalidades,
de tus penas, de tus males.
Como en una terapia de choque descubres
donde yacen tus latitudes,
y como verbo de la estupidez
guerreas con la piel de la sinceridad
de tus pies, de tus nalgas
de tus pechos, de tu sexo...
las cuales vagan ociosas,
utilizadas por el engaño vital,
y tu símil físico.
_
roja, y verde,
rebelde y angustiosa,
nos sume en un trance, en un llanto
que nos posee, fantasea y nos une.
Rosa malva
Llena de disgustos
me embriagas;
si una vez fuiste en mí
fuente de deseo imperturbable,
ahora destacas en la lejanía
como un espectro irreal
de mal agüero
destilante y destructor.
Y es que, a menudo,
en este mundo extraño
lo que da la vida
también te la quita;
su mismo amor,
otrora sonrisa amabilísima y atrayente
del malestar
de la conciencia,
se anuncia malvado
e invita a la desesperación,
virtúa la enfermedad
y penaliza el sentimiento.
Luego, nada queda,
todo se va,
y tú, inmóvil, te vas con ella.
Copyright:
Poemas:
Ángel Brichs©
Introducción:
LITERATURA DEL MAÑANA©
Imágenes:
"Font de la vida" (1986), "Nit i dia" (1986) y "Avui i sempre" (1985);
(relieves escultóricos. Medidas: 90x60).
Autor: Josep Cárceles©
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